La flata la inventó Atenea, pero la desechó porque para tocarla debía hinchar los carrillos y eso le desfiguraba el rostro. Marsias, un sátiro, la encontró y la tocó de un modo tan encantador que se atrevió a retar a Apolo a una competición. El dios ganó, por supuesto, y para castigar a Marsias por su audacia lo hizo despellejar.
Mitos breves, Edith Hamilton.
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