En la Ilíada se describe un viñedo con jóvenes y doncellas cantando, mientras recolectan el fruto, "una dulce canción de Lino". Éste era probablemente un lamento por el joven hijo de Apolo y Psámate, Lino, que fue abandonado por su madre, criado por los pastores, y, antes de convertirse en adulto, despedazado por los perros. Fue, como Adonis o Jacinto, uno de esos ejemplos de vida joven y bella que muere sin haber llegado a dar fruto. La palabra griega ailinon!, que significa "¡Que pena de Lino!" llegó a significar más o menos un lamento como "ay de mí". Había otro Lino, hijo de Apolo y una musa, que dio clases a Orfeo y trató de hacer lo mismo con Hércules, pero éste lo mató de un golpe.
Mitos breves, Edith Hamilton.
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