Eran las siete hijas de Atlas, y se llamaban Electra, Maya, Taígete, Alcíone, Mérope, Celeno y Astérope. Orión, enamorado, las cortejaba a todas, pero siempre se le escapaban. Él perseveró hasta que Zeus, compadeciéndose de ellas, las colocó en el cielo como estrellas. Pero se dice que incluso allí Orión continuó con su acoso, siempre inútil, aunque persistente. Mientras vivieron en la tiella, una de ellas, Maya, fue la madre de Hermes. Otra, Electra, tuvo a Dárdano, el fundador de la estirpe troyana. Aunque hay consenso en que eran siete, sólo se ven con claridad seis estrellas. La séptima es invisible excepto para los que disfrutan de una vista muy aguda.
Mitos breves, Edith Hamilton.
Del contenido
Debido a la escasez de tiempo por asuntos escolares entre otros, dedicaré a proveer información de la autora Edith Hamilton de su libro Mitología una hora como mínimo todos los días. Este blog se irá construyendo poco a poco, les pido paciencia.
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sábado, 30 de marzo de 2013
ORIÓN
Era un joven de gigantesca estatura, gran belleza y hábil cazador, que se enamoró de la hija del rey de Quío, y por su amor a ella acabó con todas las bestias salvajes de la isla. Siempre llevaba el botín de sus cacerías a su amada, a quien algunos autores llaman Ero y otros Mérope. Su padre, Enopión accedió a entregársela a Orión, pero se negaba a poner fecha para el enlace. Un día, estando Orión borracho, insultó a la doncella, y Enopión pidió ayuda a Dionisio para castigarlo. El dios lo sumió en un profundo sueño y Enopión aprovechó para sacarle los ojos.
Un oráculo le dijo, sin embargo, que recuperaría la vista si viajaba hacia el este y dejaba que el sol naciente le cayera sobre los ojos. Orión se fue lo más hacia el levante que pudo, hasta Lemnos, y recuperó la vista. Regresó entonces a Quío para vengarse de Enopión, pero ya no lo encontró; abandonó la búsqueda y acabó en Creta viviendo como cazador de Artemis.
Finalmente, fue esta diosa la que lo mató. Algunos dicen que Eos, también llamada Aurora, estaba enamorada de él, y que Artemis le disparó por celos. Otros sostienen que hizo enfadar a Apolo y que el dios engañó a su hermana para que lo matara. Tras su muerte, Orión encontró un lugar en el cielo en forma de constelación, y allí se le ve con cinturón, espada, garrote y una piel de león.
Mitos breves, Edith Hamilton.
Un oráculo le dijo, sin embargo, que recuperaría la vista si viajaba hacia el este y dejaba que el sol naciente le cayera sobre los ojos. Orión se fue lo más hacia el levante que pudo, hasta Lemnos, y recuperó la vista. Regresó entonces a Quío para vengarse de Enopión, pero ya no lo encontró; abandonó la búsqueda y acabó en Creta viviendo como cazador de Artemis.
Finalmente, fue esta diosa la que lo mató. Algunos dicen que Eos, también llamada Aurora, estaba enamorada de él, y que Artemis le disparó por celos. Otros sostienen que hizo enfadar a Apolo y que el dios engañó a su hermana para que lo matara. Tras su muerte, Orión encontró un lugar en el cielo en forma de constelación, y allí se le ve con cinturón, espada, garrote y una piel de león.
Mitos breves, Edith Hamilton.
MÉROPE
Su marido, Cresfonte, hijo de Hércules y rey de Mesenia, resultó muerto en una rebelión junto a sus dos hijos. El hombre que le sucedió, Ponfonte, la tomó como esposa; pero ella había ocultado a su tercer hijo, Épito, en Arcadia. El muchacho volvió años después, vanagloriándose de haber asesinado a Épito, y así logró que Ponfonte lo recibiera amablemente. Su madre, sin embargo, sin saber quién era, se propuso matar al que tomaba por asesino de su hijo. Descubierta a tiempo la verdad, ambos mataron a Ponfonte y Épito se convirtió en rey.
Mitos breves, Edith Hamilton.
Mitos breves, Edith Hamilton.
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