Este rey de Corinto vio un día por casualidad un enorme águila, más grande y majestuosa que ninguna de sus especie, que se llevaba a una doncella hasta una isla vecina. Cuando el dios-río Asopo llegó contándole que su hija Egina había sido secuestrada, Sísifo sospechó que aquéllo era obra de Zeus y fue a pedirle ayuda para encontrarla, contándole lo que había visto. De este modo atrajo sobre sí la ira implacable de Zeus. Como castigo, se le condenó intentar mover en el Hades, eternamente y montaña arriba, una roca que siempre rodaba hacia él, hacia abajo. Asopo tampoco consiguió nada: acudió hasta aquella isla, pero Zeus lo alejó con su trueno. La isla cambió su nombre por el de Egina y su hijo Éaco fue el abuelo de Aquiles, a quien en ocasiones se llamaba "el Aqueo", que quiere decir "descendiente de Éaco".
Mitos breves, Edith Hamilton.
Del contenido
Debido a la escasez de tiempo por asuntos escolares entre otros, dedicaré a proveer información de la autora Edith Hamilton de su libro Mitología una hora como mínimo todos los días. Este blog se irá construyendo poco a poco, les pido paciencia.
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domingo, 31 de marzo de 2013
sábado, 30 de marzo de 2013
IBICO Y LAS GRULLAS
Ibico no es un personaje mitoloógico, sino un poeta que vivió realmente en torno al año 550 a.de.C. De él sólo nos ha llegado unos cuantos fragmentos de sus poesías y la dramática historia de su muerte. Cerca de Corinto, lo atacó una banda de ladrones que lo hirió de muerte. Agonizando, Ibico llamó a una bandada de grullas que volaban sobre su cabeza y les pidió que lo vengaran. Poco después, sobre el teatro abierto de Corintio, donde se estaba representando una obra ante un auditorio lleno, apareció la bandada de grullas, planeando sobre la multitud, y de repente se oyó la voz de un hombre que gritó, presa de pánico: "Las grullas de Ibico, las vengadoras". El auditorio clamó a su vez: "¡Él es el asesino, se ha delatado!". Y atraparon al hombre y a sus compinches, y todos ellos fueron condenados a muerte.
Mitos breves, Edith Hamilton.
Mitos breves, Edith Hamilton.
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